2008: ¿Un Año para el Olvido?

22 12 2008

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Leer los encabezados de cualquier periódico en el mundo durante este mes de diciembre resulta ensombrecedor.  Empresas en quiebra, países en bancarrota, fraudes millonarios, récords en desempleo, violencia en grandes capitales y hasta un tremendo zapatazo al Presidente de los Estados Unidos; todo se acumula para cerrar un año que a primera vista parece quedar para el olvido.  Sin embargo, antes de apresurar conclusiones fatalistas o poco alentadoras, vale la pena llevar a cabo un pequeño pero conciso ejercicio de reflexión.  En lo que resta de este artículo repasaremos algunos de los acontecimientos que marcaron el 2008, recordando lo bueno, lo malo y lo feo, y tratando de hacer un balance objetivo de la información.

El 2008 arrancó estrepitosamente con dos lamentables noticias que estremecieron al mundo entero.  La primer fue el asesinato de la ex primer ministra pakistaní Benazir Bhutto.  Al momento de su muerte Benazir se perfilaba como la principal aspirante a reemplazar al entonces Presidente y ex jefe del ejército pakistaní Pervez Musharraf.  La segunda noticia fue la violencia desatada tras las elecciones presidenciales celebradas el 27 de diciembre de 2007 en Kenia, donde el actual presidente Mwai Kibaki fue declarado ganador pese a un consenso amplio en la comunidad internacional que las elecciones fueron parcialmente manipuladas.  La violencia generada en Kenia por el aparente fraude electoral hasta la fecha ha arrojado al menos 600 muertos y más de 250 mil desplazados, cifras que se suman a los miles de muertos y desplazados generados por similar violencia política en la República Democrática del Congo y Zimbabwe.

El 2008 también fue un año de importantes cambios en los gobiernos de varias potencias.  El primero y sin duda alguna el más importante del 2008 fue la elección del senador Demócrata Barack Obama a la presidencia de los Estados Unidos, convirtiéndose en el primer presidente de raza negra en la historia de este país.  El segundo gran cambio tuvo lugar en Italia, donde el multimillonario empresario Silvio Berlusconi fue electo nuevamente primer ministro tras la renuncia del socialista Romano Prodi, quien después de casi dos años de pocos logros en el gobierno perdió el voto de confianza del senado italiano.  El tercer cambio de gran calado ocurrió en Japón, donde el Primer Ministro Yasuo Fukuda anunció su renuncia a sólo once meses de haber asumido el cargo.  En su lugar fue electo el ex Canciller Taro Aso, quien ahora carga con la enorme responsabilidad de lograr que su partido, el conservador Partido Liberal Democrático, se sobreponga a una serie de escándalos de corrupción que lo azotan desde hace dos años.  El cuarto y último gran cambio tuvo lugar en Tailandia, donde una serie de escándalos de corrupción seguidos de un golpe de estado en el 2007 generaron tal inestabilidad política que  cuatro diferentes primer ministros han sido nombrados en el transcurso del 2008, el último siendo nombrado apenas el 17 de diciembre.

En América Latina también hubo de que hablar este 2008.  Para empezar, en marzo el ejército colombiano ingresó a territorio ecuatoriano para bombardear un campamento de las FARC, ataque que generó gran tensión en la región y que marcó el inicio de una serie de golpes letales que el gobierno colombiano le ha asestado a la guerrilla de éste país.  Por otra parte, en abril el ex obispo Fernando Lugo fue electo Presidente de Paraguay tras casi 60 años de gobierno del Partido Colorado, liderado de 1954 a 1989 por el dictador Alfredo Stroessner.  A pocas semanas de la elección de Lugo, el presidente boliviano Evo Morales aceptó llevar a cabo un referéndum para reafirmar su mandato, situación que a la postre revistió de legitimidad su presidencia pero que aportó poco para resolver el conflicto económico-regional que vive Bolivia desde el 2006.  Finalmente, durante gran parte del 2008 también fuimos testigos de enormes protestas de campesinos argentinos en contra de la política arancelaria del actual gobierno, de la dramática escalada de la narcoviolencia en México y de la ratificación de una nueva constitución en Ecuador; todo esto enmarcado en el creciente y cada vez más visible distanciamiento entre Estados Unidos y América Latina.

Por último, el 2008 será recordado como el inicio de una crisis financiera global de dimensiones todavía desconocidas.  Desde los primeros meses del año las principales bolsas de valores del mundo se desplomaron ante el estallido de la crisis hipotecaria en los Estados Unidos.  Hasta la fecha, esta crisis no sólo ha llevado a la ruina a países enteros como es el caso de Islandia, si no que también ha desembocado en una recesión generalizada a nivel mundial, comparable únicamente con la Gran Depresión de 1929. 

En resumen, el 2008 fue un año marcado por inesperados cambios políticos que derivaron en la caída de viejos liderazgos y el fugaz asenso de nuevas personalidades.  El que termina también fue un año marcado por un incremento de la violencia étnica y política en África y una escalada de la violencia relacionada con el crimen organizado en América Latina.  En lo que se refiere a la economía, la situación actual no podría ser más ensombrecedora, al tiempo que vemos como gobiernos de derecha asumen políticas económicas de izquierda para salvar a sus grandes industrias.  ¿Para el olvido?  Desafortunadamente sí, el 2008 ha sido un año para el olvido, tanto así que ya pocos recuerdan que el 2008 también el año de los Juegos Olímpicos de Beijing.

¡Buen Provecho!

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